Alberto está en el cuarto de David, en el baño. David ha salido de la ducha y está todo mojado. Alberto le ha reprochado que se fuera y que no luchara por su relación. David le pregunta si él hubiera sacado capaz de jugársela por el.
--di, ¿tú te habrías enfrentando a tus padres por mí?
Alberto agacha la cabeza con vergüenza:
--No...
--entonces...? Yo ya sabía, ¿no te dice nada que haya vuelto justo ahora...?
--justo ahora que qué... --balbucea Alberto sin atreverse a decir la verdad.
Alberto se siente culpable de sentir a sus padres como un obstáculo a su felicidad. David lo acaricia y dice:
--que desapareció el último obstáculo para estar tú y yo juntos..
--mi madre... --dice Alberto con dolor.
Alberto se pone muy triste, David lo abraza. Lo siente temblar. Lo tiene domina y disfruta con eso.
--sé que me porté mal pero porque pelearnos si podemos amarnos...?
David acaricia los labios de Alberto. Luego lo besa pese a que Alberto trata de luchar contra lo que siente.
--no luches... tú deseas esto tanto como yo...
Alberto ha bajado todas sus barreras, él y David se funden en un apasionado beso de amor. David lo va conduciendo hacia la cama mientras lo empieza a desnudar. Alberto se está dejando arrastrar por la pasión pese a que su cerebro le sigue diciendo que no lo haga, que se aparte de ese hombre que tanto lo lastimó. Alberto no tiene voluntad para hacerlo. Siente el cuerpo desnudo y armado de David pegado al suyo y eso lo tiene demasiado cachondo. David es el que domina la situación. En sus brazos Alberto siempre ha sido un títere del placer que hace todo lo que David le dice. David lo tira a la cama, él encima le ha desabrochado la camisa. Le besa el pecho, le muerde los pezones. Los dos jadean. Alberto es como un niño asustado que vive su primera vez. David es muy bruto, se porta como una fiera en celo. Mientras empieza a desabrochar los pantalones de Alberto jadea:
--el tiempo no pasa en vano... estoy deseando ver como ha mejorado tu cuerpo y que me enseñes todo lo que has aprendido en estos años...
Alberto agarra de las manos a David para que no lo desnudo. Está temblando.
--yo... no sé... tengo miedo...
David lo acaricia con ternura:
--de mi?
--es que yo...
David sonríe:
--bueno sé que soy un poco violento pero así es mi forma de hacer el amor a lo mejor ahora que tienes más experto tú...
Alberto lo interrumpe, cierra los ojos porque le da mucha vergüenza lo que va a decir. Tiene miedo que ese chico con el que está apunto de acostarse se ríe de él. Así que lo suelta de repente: --nunca volví a estar con nadie...
David se para:
--¿de qué hablas?
Sin mirarlo a los ojos Alberto dice:
--que sólo he hecho el amor contigo...
David se tumba al lado de Alberto retorciéndose de la risa:
--¡¡mentiroso¡¡ No te conocía este sentido del humor, aunque este no es el momento...¡
David lo vuelve a besar:
--¡¡es cierto¡¡
--ya Alberto... No sigas con esa...
Alberto le pone las manos en las mejillas:
--no me quisiste ¿verdad? para ti soy solo sexo. Uno más de tantos hombres que hablan pasado por tu cama...
--Tú sabes que yo ya había estado con algunos muchachos en aquel momento y sí, he estado con muchos hombres en todos estos años... ¡¡Alberto... han pasado 10 años...¡
Con mucho dolor Alberto dice:
--si, 11...
--¡¡pues imagina, yo necesito hacerlo todos los días y no suelo repetir...¡ ¡¡Alberto esto es lo normal...¡
Alberto se traga sus lágrimas:
--entonces son muchos...
Alberto se levanta y se empieza a poner la camisa. David se levanta totalmente desnudo:
--¡¡a ver Alberto... ¿¡cual es el problema?¡¡ ¿te vas a poner como una vieja celosa?¡
--lo que pasa es que yo me enamoré de ti...
--¿¿¿pero que dices??
--que desde niño te adoraba, te veía como un Dios.
David sonríe con ternura:
--si me acuerdo y me gustaba mucho...
--Siempre te espiaba cuando te duchaba...
--si también lo recuerdo hasta que te vi y nos la pasamos genial... Primero solo nos la chupábamos y luego yo te taladré el culo...
A Alberto no le gusta la manera tan brusca en la que David se refiera a la perdida de su virginidad:
--hicimos el amor... era mi primera vez...
David se le ríe:
--mira virgencita si todo este rollo es para aburrirme yo...
Alberto lo interrumpe:
--el tiempo me enseñó que yo estaba enamorado de ti...
Por un momento a David se le olvida que le pagan para enamorarlo.
--¡¡deja el amor para las mujeres...¡
--¿es que nunca te has enamorado?
La mirada de David es dura:
--¡¡claro que no...¡ ¡¡el amor es una tontería...¡
--pues yo sí estaba muy enamorado de ti y no quería otro hombre aparte mi padre me amenazó con echarnos a todos a la calle... mi madre me amenazo de suicidio...
David está muy sorprendido por todo lo que le está contando.
--¡¡no puedo creerlo¡ ¿¿¡me estás hablando en serio??
--nunca tuve valor para estar con un hombre...
--¡¡no puedo creer que lleves 11 años sin sexo¡¡
David está muy sorprendido al saber que solo ha estado con él... Alberto aprovecha el desconcierto del otro para huir de sus brazos. Sale del cuarto abrochándose la camisa. David es rápido y lo atrapa antes de llegar a la puerta. Lo sienta temblar.
--Yo te gusto y tú me gustas... Si hace 11 años que no echas un polvo... ¡¡pues genial... ahora puedes hacerlo...¡¡ ¡¡nos la vamos a pasar bárbaro...¡¡
Alberto no se puede olvidar del fantasma del pasado.
--¡¡no no puedo...¡¡
Alberto se va corriendo para no quedar atrapado en la red de su mirada. Por un lado David se ha quedado frustrado de que su ex amante se le haya escapado entero pero por otra piensa:
--mejor, era un insulto a mi instinto de seductor que se me diera tan fácil... Así lo vamos a poder gozar...
Alberto corre a encerrarse a su cuarto. Tiene miedo que David lo está siguiendo y ni se atreve a darse la vuelta para comprobarlo. No puede dejar de pensar en el cuerpo de David desnudo, en sus ganas de hacer el amor con él pero David es muy frio y no quiere ser sólo una diversión para él. Se da una buena ducha helada para que se le baje la calentura. Con el teléfono de la ducha se da en su punto más ardiente que se le deshincha en el acto. Siente que se ha sacado un peso de encima. Tocan a su puerta. Se sobresalta.
--¡¡es él... es él...¡
Su corazón late con fuerza y es que en realidad nada le gustaría más que David subiera a buscarlo.
--¿¡quien es?
--soy yo hermano...
A Alberto le decepciona. Desde la ducha grita:
--¡¡ahora no puedo...¡¡
Su hermano nunca le había dicho que no. Entra igual.
--¿¿qué haces aquí? ¿es que no me puedo duchar tranquilo?
Ramiro se acerca hasta la bañera, se coloca frente a su hermano. Le abre los cristales, Alberto pasa de él. Con los ojos cerrados disfruta de la ducha.
--¿¿qué te está pasando?
Alberto no le hace caso. No le contesta.
--pasó algo con tu amigo...?
Esta pregunta paraliza a Alberto:
--¿¡¡¡qué te contaron?¡
Cierra los grifos y sale totalmente desnudo aunque se va secando con una toalla. Ramiro lo mira sorprendido:
--No me contaron nada pero sé que pasa algo con el hijo del jardinero pero no logro imaginar que es...
Alberto trata de reírse aunque está muy nervioso:
--nada... ¿qué va a pasar?
--si pasara algo me lo dirías...?
--si claro... pero ¿que se supone que me tiene qué pasar con el jardinero?
--No lo sé pero estás muy raro... Espero que él no tenga que ver con ese secreto que intuyo que me ocultan...
--¡¡ya, deja de inventar...¡
Ramiro besa a su hermano muy fraternalmente:
--soy tu hermano y siempre te voy a apoyar, que lo sepas...
Ramiro se va preocupado, Alberto se queda muy excitado...
--di, ¿tú te habrías enfrentando a tus padres por mí?
Alberto agacha la cabeza con vergüenza:
--No...
--entonces...? Yo ya sabía, ¿no te dice nada que haya vuelto justo ahora...?
--justo ahora que qué... --balbucea Alberto sin atreverse a decir la verdad.
Alberto se siente culpable de sentir a sus padres como un obstáculo a su felicidad. David lo acaricia y dice:
--que desapareció el último obstáculo para estar tú y yo juntos..
--mi madre... --dice Alberto con dolor.
Alberto se pone muy triste, David lo abraza. Lo siente temblar. Lo tiene domina y disfruta con eso.
--sé que me porté mal pero porque pelearnos si podemos amarnos...?
David acaricia los labios de Alberto. Luego lo besa pese a que Alberto trata de luchar contra lo que siente.
--no luches... tú deseas esto tanto como yo...
Alberto ha bajado todas sus barreras, él y David se funden en un apasionado beso de amor. David lo va conduciendo hacia la cama mientras lo empieza a desnudar. Alberto se está dejando arrastrar por la pasión pese a que su cerebro le sigue diciendo que no lo haga, que se aparte de ese hombre que tanto lo lastimó. Alberto no tiene voluntad para hacerlo. Siente el cuerpo desnudo y armado de David pegado al suyo y eso lo tiene demasiado cachondo. David es el que domina la situación. En sus brazos Alberto siempre ha sido un títere del placer que hace todo lo que David le dice. David lo tira a la cama, él encima le ha desabrochado la camisa. Le besa el pecho, le muerde los pezones. Los dos jadean. Alberto es como un niño asustado que vive su primera vez. David es muy bruto, se porta como una fiera en celo. Mientras empieza a desabrochar los pantalones de Alberto jadea:
--el tiempo no pasa en vano... estoy deseando ver como ha mejorado tu cuerpo y que me enseñes todo lo que has aprendido en estos años...
Alberto agarra de las manos a David para que no lo desnudo. Está temblando.
--yo... no sé... tengo miedo...
David lo acaricia con ternura:
--de mi?
--es que yo...
David sonríe:
--bueno sé que soy un poco violento pero así es mi forma de hacer el amor a lo mejor ahora que tienes más experto tú...
Alberto lo interrumpe, cierra los ojos porque le da mucha vergüenza lo que va a decir. Tiene miedo que ese chico con el que está apunto de acostarse se ríe de él. Así que lo suelta de repente: --nunca volví a estar con nadie...
David se para:
--¿de qué hablas?
Sin mirarlo a los ojos Alberto dice:
--que sólo he hecho el amor contigo...
David se tumba al lado de Alberto retorciéndose de la risa:
--¡¡mentiroso¡¡ No te conocía este sentido del humor, aunque este no es el momento...¡
David lo vuelve a besar:
--¡¡es cierto¡¡
--ya Alberto... No sigas con esa...
Alberto le pone las manos en las mejillas:
--no me quisiste ¿verdad? para ti soy solo sexo. Uno más de tantos hombres que hablan pasado por tu cama...
--Tú sabes que yo ya había estado con algunos muchachos en aquel momento y sí, he estado con muchos hombres en todos estos años... ¡¡Alberto... han pasado 10 años...¡
Con mucho dolor Alberto dice:
--si, 11...
--¡¡pues imagina, yo necesito hacerlo todos los días y no suelo repetir...¡ ¡¡Alberto esto es lo normal...¡
Alberto se traga sus lágrimas:
--entonces son muchos...
Alberto se levanta y se empieza a poner la camisa. David se levanta totalmente desnudo:
--¡¡a ver Alberto... ¿¡cual es el problema?¡¡ ¿te vas a poner como una vieja celosa?¡
--lo que pasa es que yo me enamoré de ti...
--¿¿¿pero que dices??
--que desde niño te adoraba, te veía como un Dios.
David sonríe con ternura:
--si me acuerdo y me gustaba mucho...
--Siempre te espiaba cuando te duchaba...
--si también lo recuerdo hasta que te vi y nos la pasamos genial... Primero solo nos la chupábamos y luego yo te taladré el culo...
A Alberto no le gusta la manera tan brusca en la que David se refiera a la perdida de su virginidad:
--hicimos el amor... era mi primera vez...
David se le ríe:
--mira virgencita si todo este rollo es para aburrirme yo...
Alberto lo interrumpe:
--el tiempo me enseñó que yo estaba enamorado de ti...
Por un momento a David se le olvida que le pagan para enamorarlo.
--¡¡deja el amor para las mujeres...¡
--¿es que nunca te has enamorado?
La mirada de David es dura:
--¡¡claro que no...¡ ¡¡el amor es una tontería...¡
--pues yo sí estaba muy enamorado de ti y no quería otro hombre aparte mi padre me amenazó con echarnos a todos a la calle... mi madre me amenazo de suicidio...
David está muy sorprendido por todo lo que le está contando.
--¡¡no puedo creerlo¡ ¿¿¡me estás hablando en serio??
--nunca tuve valor para estar con un hombre...
--¡¡no puedo creer que lleves 11 años sin sexo¡¡
David está muy sorprendido al saber que solo ha estado con él... Alberto aprovecha el desconcierto del otro para huir de sus brazos. Sale del cuarto abrochándose la camisa. David es rápido y lo atrapa antes de llegar a la puerta. Lo sienta temblar.
--Yo te gusto y tú me gustas... Si hace 11 años que no echas un polvo... ¡¡pues genial... ahora puedes hacerlo...¡¡ ¡¡nos la vamos a pasar bárbaro...¡¡
Alberto no se puede olvidar del fantasma del pasado.
--¡¡no no puedo...¡¡
Alberto se va corriendo para no quedar atrapado en la red de su mirada. Por un lado David se ha quedado frustrado de que su ex amante se le haya escapado entero pero por otra piensa:
--mejor, era un insulto a mi instinto de seductor que se me diera tan fácil... Así lo vamos a poder gozar...
Alberto corre a encerrarse a su cuarto. Tiene miedo que David lo está siguiendo y ni se atreve a darse la vuelta para comprobarlo. No puede dejar de pensar en el cuerpo de David desnudo, en sus ganas de hacer el amor con él pero David es muy frio y no quiere ser sólo una diversión para él. Se da una buena ducha helada para que se le baje la calentura. Con el teléfono de la ducha se da en su punto más ardiente que se le deshincha en el acto. Siente que se ha sacado un peso de encima. Tocan a su puerta. Se sobresalta.
--¡¡es él... es él...¡
Su corazón late con fuerza y es que en realidad nada le gustaría más que David subiera a buscarlo.
--¿¡quien es?
--soy yo hermano...
A Alberto le decepciona. Desde la ducha grita:
--¡¡ahora no puedo...¡¡
Su hermano nunca le había dicho que no. Entra igual.
--¿¿qué haces aquí? ¿es que no me puedo duchar tranquilo?
Ramiro se acerca hasta la bañera, se coloca frente a su hermano. Le abre los cristales, Alberto pasa de él. Con los ojos cerrados disfruta de la ducha.
--¿¿qué te está pasando?
Alberto no le hace caso. No le contesta.
--pasó algo con tu amigo...?
Esta pregunta paraliza a Alberto:
--¿¡¡¡qué te contaron?¡
Cierra los grifos y sale totalmente desnudo aunque se va secando con una toalla. Ramiro lo mira sorprendido:
--No me contaron nada pero sé que pasa algo con el hijo del jardinero pero no logro imaginar que es...
Alberto trata de reírse aunque está muy nervioso:
--nada... ¿qué va a pasar?
--si pasara algo me lo dirías...?
--si claro... pero ¿que se supone que me tiene qué pasar con el jardinero?
--No lo sé pero estás muy raro... Espero que él no tenga que ver con ese secreto que intuyo que me ocultan...
--¡¡ya, deja de inventar...¡
Ramiro besa a su hermano muy fraternalmente:
--soy tu hermano y siempre te voy a apoyar, que lo sepas...
Ramiro se va preocupado, Alberto se queda muy excitado...
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