jueves, 25 de febrero de 2010

capitulo 9










Alberto se ha quedado hechizado viendo a su ex amigo desnudo mientras se ducha. David tiene todo el cuerpo enjabonado, la cara también. Tiene los ojos cerrado y no se da cuenta de que esta siendo objeto de placer. Alberto está a 100. Ya casi se le había olvidado lo que es el sexo, lo rico que es ver a un hombre que te gusta desnudo. Sólo al verlo ya lo hace gozar. Se le abulta mucho el pantalón. David se aclara la cara con un buen chorro de agua. Alberto se queda maravillado viendo como por el cuerpo de su atractivo empleado desliza agua, jabón... Le excita mucho ver esos genitales que tanto gozó e le hicieron gozar emblanquecidos por el jabón y como poco a poco van perdiendo su blancura quedando al natural. Alberto quiere irse, le da vergüenza que David, que está abriendo los ojos, vea que está mirándolo. Justo cuando se da la vuelta, David dice:
--No te vayas...
La voz de David suena muy sensual. Penetra en Alberto. Siente que debe irse porque si lo mira a los ojos estará perdido.
--quédate, Alberto... ¿has venido por algo no?
Alberto se da la vuelta, pero no lo mira a los ojos. Pero claro dónde lo mira es peor. Se gira un poco para que sus ojos no se crucen con la entrepierna desnudo de David. Éste sonríe seductor:
--conmigo no hay vergüenza... ya nos conocemos... Yo te dije que conmigo si te podías comportar como quisieras, que yo no quería que te reprimieras...
Alberto lo mira a los ojos. Está totalmente seducido. Su corazón late a mil. A David le gusta mucho su amigo, le apetece acostarse con él. Le causa mucho placer que le estén pagando por algo que va a disfrutar.


Mientras metidos en el jacuzzi privado de Teodoro, éste celebra con sus dos hijos el reencuentro de los dos amantes. Los 3 tienen una copa en la mano. Javi bebe pero no participa del brindis. Le duele ver como su padre y su hermano se burlan de los sentimientos de su hermanastro.
--¿¿¡te diste cuenta de la cara del maricón...?¡¡ ¡¡se le caían las bragas...¡¡ --Carlos.
--¡¡sí que asco¡¡ ¡¡es una nenaza... si sus padres lo vieran se volverían a morir...¡¡
--¡¡yo me moría de ganas de gritarle maricón...¡
--calma hijo, tiempo al tiempo...
--Pero es que me encantará mirarle a la cara al imbécil de Ramiro cuando sepa que no tiene un hermano sino una hermana...
Padre e hijo se ríen mucho.
--seguro que ya a ido al cuarto a echarle un polvo... ¡¡estas mariconas no se resisten al olor de unos calzoncillos¡¡¡ yo le he pedido a David que siempre en su cuarto ande en pelotas para que aún sea más fácil... Con las ganas que debe tener esa guarra que le den ¡¡imagina si tiene delante desnudo al hombre que años atrás la volvió más loca de lo que era....¡
--Me da un asco saber lo que ese más de asquerosos van a hacer... Lo único bueno es pensar que Ramiro los pueda encontrar en la cama haciendo sus cochinadas... ¿¿te imaginas?
Los ojos de Carlos brillan de odio. Está deseando ese momento. Su padre le pide prudencia.
--nos vengaremos cuando los echemos a los dos... Cuando más enamorado de David esté será el momento en el que Ramiro sabrá la verdad, cuando su hermano ya lo haya despreciado y tengamos al heredero entonces le daremos una buena puñalada a ésa... Le diremos que su amorcito lo volvió a vender... Que yo le pagué para darle placer como a una prostituta...
Padre e hijo se ríen escandalosamente ante la mirada de reproche de Javi.
--Nada me dará más gusto pero es más yo me encargaré que todo el mundo sepa que Alberto es maricón... ¡¡¡no habrá rincón en esta ciudad en el que pueda esconderse¡
A Javi le asusta el odio y la maldad de su hermano. Le duele que quiera lastimar aún más a Alberto, sin tener necesitad. Del disgusto se le cae la copa.
--¿¿¡¡como vas a hacer eso...??¡¡¡
--¡¡si voy a hacer eso y tú te vas callar...¡¡ --dice Carlos enfrentándose a su hermano.
Luego mira a su padre y dice:
--¡¡No sé que le pasa pero siempre defendiendo al maricón...¡¡
Teodoro empuja a su hijo menor muy molesto:
--¿¿¡no serás tú como él?¡ ¿¡¡¡por eso nunca has tenido novia??¡
--¡¡que no...¡
--¡¡más te vale... --dice Teodoro amenazante-- te mato... no te quiero ver con él..¡¡ ¡¡a 100 metros de los dos¡¡ ¿¿¡entendido??
Teodoro se dirige a los dos hijos:
--¡¡ni borracho dejo que se me acerque...¡¡ ¡¡suerte que no tengo hermanas porque si no me la tiraba...¡¡¡¡esa hermana trucha no la quiero para nada...¡
Teodoro se queda más tranquilo. Luego mira a Javi:
--¿¿¡y tú...?¡¡
--si claro --dice no convencido. l
Le molesta que su padre y su hermano piensen que pueda ser gay cuando lo que pasa es que le da pena el hombre.

Alberto tiembla ante la presencia desnuda de David. Está hechizado, lo desea pero también tiene miedo de volver a caer y volverse a sentirse humillado como antes. David agarra una toalla. Se acerca a su ex amante mientras no se seca. Alberto está enloquecido del deseo. Quiere volver a vibrar en brazos de un hombre, de ese. Le gusta mucho verlo desnudo y moviéndose. David le guiña el ojo. Sonríe seductor:
--me gusta que hayas venido a buscarme como antes...¿te acuerdas...?
Alberto jadea al recordarlo. Pero también hay dolor.
--si y me acuerdo como me vendiste...
--ya Alberto... pasó hace mucho tiempo...
David es despreocupado. Alberto, aunque lo desea, no puede olvidar todos esos años de dolor y de frustración.
--me hiciste mucho daño...
--No seas exagerado...
A Alberto le duelo lo fácil que son las cosas para David:
--¡¡claro tú te fuiste y quedaste libre de todo¡¡ ¡¡mientras yo estaba enfrentando a todo...¡¡mis padres me humillaron y mucho...¡¡ ¡¡me hicieron sentir una basura, mi padre me obligó a casarme si no iba a votar a mi madre y a mi hermano que era un niño a la calle...¡¡¡
David acaricia a Alberto con ternura. Alberto se estremece. Desea besarlo y olvidar el pasado, pero el pasado está ahí y duele. Con mucho dulzura y sobre lo último dicho por Alberto David dice:
--y hubiera sido capaz de echarte, tu padre Digo. Era un hombre duro. Así que eres casado... No vi a tu mujer...
--No, ella se murió... --dice apartándose de él aunque todo él desea sus caricias.
--lo siento mucho... ¿la querías mucho...?
--Era una buena amia... Era como una hermana.
--Maria Teresa? ¿fue ella?
--te acuerdas...?
--claro bajo esos lentes te miraba y se moría... no me creías cuando te decías que te amaba, que te quería llevar a la cama...
Alberto reproche a ese hombre que tanto le gusta:
--Ella se jugó por mí... Ella fue la única en quererme, en protegerme...
--Eso no es cierto, yo te quise mucho y lo sabes...
--¡¡Ella me quiso con un amor espiritual... Se sacrificó por mi¡¡ ¡¡ella me salvó, se casó conmigo para ayudarme pese a que sabía que nunca habría nada...¡¡
--no te acostaste con tu mujer?
--sabes que sería incapaz de acostarme con una mujer...
--yo tampoco...
Alberto quiere odiarlo pero es algo que le es imposible. Lo mira y se desgarra por dentro.
--¿para que volviste...?
--por ti... --dice David seductor.
A David casi le parece un robo ganar dinero de una manera tan fácil. Alberto está emocionado, excitado. Le parece un sueño que después de tanto años Alberto regrese de la nada.
--¿¿¿como...??? --pregunta con el corazón que se le quiere olvidar del pecho.
David lo acaricia, acerca sus labios a él:
--es que ya has olvidado lo que vivimos...? --dice David pícaro sabiendo que no.
Alberto vibra, no quiere volver a caer en su hijo.
--eso fue hace mucho... --jadea.
--pero sientes lo mismo... --dice David pasando su mano por el pecho de Alberto y provocándole tremendos escalofríos.
Alberto aún trata de negar lo evidente.
--mentira...
David sonríe:
--ah no... ¿eso que tienes en el bolsillo es una pistola? yo creí que te alegrabas de verme...
Alberto se pone las manos en frente para tapar un poco su erección. Sonríe tímido. Para tratar de cambiar de tema dice:
--¿tú lo olvidaste...? ¡¡Me vendiste...¡¡
A David le sorprende que Alberto le reproche eso después de tantos años y con tanto dolor como si acabara de ocurrir. David no imagina cuan de importante fue lo que vivieron para Alberto. Piensa que fue buen sexo, como para él. No imagina que esos encuentros lo dejaron marcados, que los sentimientos de Alberto hacia su amigo era muy sólidos. A Alberto se le escapan unas lágrimas. David le acaricia las lágrimas sorprendido:
--¿¿lloras por mi?
A Alberto le duele la mira incrédula de David. Se da cuenta que para él no fue tan importante lo que vivieron y eso le duelen.
--¡¡vete a la mierda... eres un cerdo...¡
Alberto luego de gritarle eso se iba a ir pero David se le pone delante. Aunque quiere enojarse con David, su desnudez y lo mucho que lo desea ponen las cosas muy difíciles a Alberto. David se justica.
--¡¡por favor, tenía 18 años y si le contaba a mi padre lo que pasó me mataba...¡
--pero te fuiste y con dinero...
--¿qué podía hacer? ¡tú eras menor de edad... Me habrían podido denunciar...¡¿es que tú habrías luchado por nosotros?
Alberto lo mira con cariño, David lo acaricia dulcemente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario