Alberto le ruega a Javi que le abra la puerta de su cuarto pero éste, quería entenderlo pero una cosa es saberlo y otra es verlo en plena acción. Está asqueado por la escena que ha presenciado entre su hermanastro y el hijo del jardinero.
--Javi por favor abre... --le suplica.--¡¡no...¡¡ ¡¡déjame en paz¡¡
--tenemos que hablar...
--¡¡eres un pervertido... quiero que te alejes de mi¡¡
Alberto tiene miedo que su secreto sea descubierto pero no pierde los nervios:
--no te haré nada...
--¡¡no te acerques a mi o lo contaré todo...¡¡
--Javi, por favor, te pido que no me hagas daño... A mi hermano le dolería mucho saber esto...
--¡¡déjame en paz¡¡
--¡¡ya te dejo pero por favor. Tenemos que hablar. Júrame que me vas a buscar, si quieres nos vemos en la calle, pero no hagas nada que me pueda lastimar antes que yo pueda explicarte como son las cosas...¡¡
Javi está muy aturdido. No sabe qué hacer con lo que ha visto. Su primera reacción es contárselo a su hermano para que éste haga lo que quiera con esa información. Javi no le contesta.
--está bien, ya te dejo pero piensa bien en el daño que me harías si se supiera esto...
Alberto se aleja del cuarto. Se lleva las manos a la cabeza desesperado. Se golpea los puños:
--¡¡maldita sea¡¡
Se siente tan asustado como ese día hace 11 años. Le da horror ver ese desprecio que vio en los ojos de su padre en los ojos de su hermano. Ramiro se acerca a él a verlo angustiando.
--¡¡ahora sí me vas a decir qué está pasando?¡¡ --Ramiro.
Alberto mira a su hermano asustado.
Mientras, Valentina se está dando una ducha. Entra Augusto desnudo la mira con cara de depravado. Valentina lo mira con miedo.
--¡no ahora no...¡
Él es muy agresivo. Entra en la bañera, la agarra del cuello y le dice:
--¡¡tú no tienes voz ni voto... tienes que hacer lo que yo te diga o me llevaré a mi hija y no la verás nunca...¡
Valentina trata de ser valiente:
--¡¡ningún juez me quitará mi hija...¡
Augusto se le ríe. La agarra del cuello.
--¡¡por favor... me la llevo y desaparezco con ella...¡¡ ¡¡ningún juez la encontrará y tú no la volverás a ver y ella crecerá y acabará olvidándote...
Valentina llora:
--¡¡no me hagas esto...¡
Augusto la mira con cara de depravado:
--¡¡arrodíllate... ya sabes cómo me gusta que me lo pidas...¡¡
Al hombre le gusta humillar a su esposa.
--por favor... ¡¡ya para...¡¡ ¡¡no me hagas esto¡¡
Augusto con violencia obliga a su esposa a arrodillarse y le agarra la cabeza que estrella contra su entrepierna.
--¡¡me ahogas¡
--¡¡trágatela...¡
Valentina obedece con asco. A él le encanta dominar a su esposa. Luego él se levanta para penetrarla.
--¡¡no así no¡¡ ¡¡eres un bruto¡¡ ¡¡no me gusta¡¡
--¿¿¿y a quien le importa??
Valentina llora mientras su marido goza y mucho.
Alberto está con Ramiro que quiere saber lo que está pasando. Alberto fuerza una sonrisa.
--¡¡que manía tú con que se te ocultan cosas...¡¡
--¡¡¡es que yo no soy tonto...¡ ¡¡¡siempre me pareció que esto que papá te dejara la herencia a ti era por algo...¡¡
--¡¡ya sé que fue un error no darte la mitad a ti pero eras un niño entonces y no lo pensó¡¡
--No me refiero a eso, tú sabes que el dinero no me importaría si te lo quedaras tú. A mi me da igual, no quiero que se lo queden otros pero no es eso... papá estaba muy orgulloso de ti, me acuerdo que a mí ni me hacia caso y de repente todo cambió... Yo me divertí mucho en tu boda y a pesar que lloraste a María Teresa no dormías con ella... Tu boda fue muy triste...
--Ramiro, ¿a qué viene esto ahora?
--dímelo tú... Alberto siempre pensé que se me escapaba algo. Tu mirada ha cambiado, te noto diferente y he estado pensando qué...
Alberto interrumpe a su hermano. Le da miedo que éste descubre la verdad:
--No es bueno darle tantas vueltas a las cosas, hermano.
--tampoco es que los hermanos se oculten cosas. Yo te lo cuento todo.
Alberto le sonríe:
--tampoco hay mucho que contar...
Ramiro fijamente a su hermano:
--¿¿estás seguro que no hay nada que debería saber?
--ya sácate esto de la cabeza...
--es que he estado pensando que cuando se fue tu amigo fue cuando comenzó todo y ahora que él regresó te comportas de una forma muy rara...
--¡¡son manías tuyas...¡¡ ¡¡tú te estás peleando con todo el mundo por la herencia de mamá ¿¿y soy yo el que me comporta raro??¡
--pero es que no tiene nada que ver una cosa con otra...
Alberto está muy nervioso:
--¡¡pues a mí esta situación también me puede estar poniendo mal¡¡¿¿es que no lo has pensado?
--buen no...
Alberto se va, deja a su hermano hablando solo. Ramiro se queda preocupado porqué su hermano nunca lo había tratado de esa manera. Alberto se encierra en su cuarto. Se tumba en la cama con los brazos bajo la nuca. Busca la foto de su amado. Le gusta verlo. Se sobresalta al ver que no está. Se levanta.
--¡¡la dejé aquì¡¡ ¡¡estoy seguro que la dejé aquí...¡¡
Alberto la busca en el cajón dónde la esconde.
--¡¡no, no...¡¡
Alberto está seguro que la dejó sobre su mesita aunque por si acaso la busca por debajo del mueble, por la cama. Le desespera no encontrarla. Le da miedo que alguien se la haya quitado. Se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡si alguien la ha visto se va a descubrir todo...¡¡
Alberto tiene mucho miedo a ser descubierto. Por su lado David tumbado en su cama está mirando su vieja foto:
--¿quien iba a pensar que la iba a guardar por tantos años..?
le hace gracia imaginarse a Alberto pensando en él durante todo este tiempo, mirando su foto a escondida. Sonríe con orgullo. También le hace gracia imaginarse la cara de su examante al ver que no tiene la foto.
--¡¡me vendrá a buscar...¡
David sonríe con cara de degenerado.
En la hora de la cena, solo está Teodoro con su hijo Carlos y la esposa de éste. Hablan de la luna de miel que la comienzan al día siguiente. Carlos besa a su esposa en la mejilla:
--estoy seguro que cuando volvamos ya nos dará la buena noticia...
Vanessa sonríe con ambición. No puede creer que el hijo que vaya a tener herede un imperio. Su deseo se hace realidad. Vanessa agarra la mano de Carlos y se la pone en su vientre:
--tal vez que el heredero esté en camino.
Los ojos de Carlos brillan de ambición.
--¡¡claro que si, mi hijo es bien macho...¡¡ ¡¡No cómo otro...¡
Carlos y Teodoro se ríen.
--¿¿a quien te refieres? --pregunta Ramiro que acaba de entrar.
Carlos mira a su padre: es la mejor ocasión para decirle la verdad pero Teodoro le hace gestos para que aún no.
--A nadie en concreto, a todos esos hombres que esconden dentro de ellos una loca... --Teodoro .
Carlos mira con ironía a su hermanastro:
--hoy en día cualquiera pueda ser gay.... ¿te imaginas un buen día descubres que alguien que conoces es gay?
Ramiro no piensa en su hermano, cree que tal vez lo hacen para insultarlo pero no se por aludido.
--¿lo dices por ti? --le dice Ramiro a Carlos con burla.
Carlos se levanta, tira la servilleta.
--¡¡a ti que te pasa...¡
Los dos se miran con rabia. Ramiro no quiere pelearse con Carlos:
--como veo que nadie baja a cenar yo me voy.
Carlos está furioso:
--¡¡si eso vete... no veo la hora en que tú y tu hermano os larguéis de mi casa...¡¡
Ramiro lo mira furioso.
Alberto da vueltas en su cuarto. Finalmente no puede dejar de pensar en David y lo va a buscar a su cuarto. Éste está en la cama. Desnudo. Lo mira seductor:
--te estaba esperando...
Alberto lo mira hechizado. No esperaba verlo así. Tiene muchas ganas de él
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